viernes, marzo 29, 2024

LAS CASUALIDADES NO EXISTEN

El fallo de la Cámara Federal de Casación Penal, hoy en suspenso, que dispuso el pase de la causa por presunto espionaje ilegal macrista a Comodoro Py, desató una sucesión de acontecimientos dignos de un homenaje al Día de la Marmota, del célebre film Atrapado en el tiempo.

Tal como ocurrió en mayo del año pasado, tras las explosión mediática del caso, aparecieron -en medios afines al oficialismo- los ex espías José Luis Vila y Allan Bogado para avalar las denuncias en contra de la conducción de la AFI macrista y la teoría del lawfare.

Entonces, la secuencia fue la siguiente: el 31 de mayo de 2020, Vila, víctima de un curioso atentado, que consistió en la colocación de una bomba, que no podía explotar, en la puerta de un edificio de departamentos en el que ya no vivía, habló con A24.com y le dio entidad a la confesión de un narcotraficante detenido, Sergio «Verdura» Rodríguez, quien en la reanudación de su segunda indagatoria ante el juez Federico Villena se atribuyó la autoría de ese «trabajo» y aseguró que lo hizo por encargo de Facundo Melo, un abogado y ex agente de la AFI.

El 17 de junio, en tanto, Bogado dijo en Radio 10 C5N que mintió al declarar en la causa del Memorándum con Irán «a pedido de Cambiemos», para perjudicar a la hoy vicepresidenta Cristina Kirchner, avalando así la teoría del lawfare que impulsa el oficialismo.

Pero eso no fue todo. Ese mismo día, en ese mismo canal y con minutos de diferencia, el abogado del narco «Verdura» rompió el silencio. Fue la única entrevista a la que accedió. Luego, fue como si se lo hubiera tragado la tierra. Llamativo, ¿no?

Con excepción de la aparición mediática del defensor de Rodríguez, esta semana la secuencia se repitió. Empezó el domingo, con una entrevista que Vila dio en Radio 10 manifestando su preocupación por el pase a Comodoro Py de la causa por presunto espionaje ilegal. Y siguió este jueves, con Bogado hablando en la misma emisora, propiedad del empresario K Cristóbal López, donde aseguró: «Gente muy importante de Cambiemos me mandaba mensajes intimidatorios. Me decían: ‘O sos arrepentido y te damos la biblia de la mentira o, literalmente, te sacan la vida’».

¿Casualidad? En estos casos, las casualidades no existen. Desde hace años, Vila y Bogado juegan para el mismo equipo: el del ex director de Reunión Interior de la AFI, Fernando Pocino, quien -como Vila- ingresó al mundo de la inteligencia durante la primavera alfonsinista.

Y justamente un destacado dirigente de aquellos tiempos, el diputado Leopoldo Moreau, es quien preside la comisión bicameral que hoy investiga las presuntas tareas de inteligencia ilegal desplegadas por el gobierno de Mauricio Macri.

Creer o reventar, Vila no sólo es amigo personal de Moreau sino también de otro integrante de esa comisión, Eduardo Valdés, uno de los dirigentes que orquestó el «Operativo Puf» para hacer caer la causa de los cuadernos de la corrupción.

No es todo. Moreau hoy trabaja políticamente junto a uno de los abogados querellantes que más impulso le da a la investigación: Daniel Llermanos, quien no sólo compró a espías de la AFI macrista en busca de un beneficio para su cliente Pablo Moyano -como reveló este portal– sino también contó a este periodista, para el libro Espionaje ilegal, que en C5N conoció -detrás de cámaras- a un abogado que completa el equipo de operaciones que integran Vila y Bogado: Franco Bindi, quien además de haber sido uno de los artífices del «Puf» junto a Valdés, fue la persona que puso en conocimiento de Melo que el narco «Verdura» había declarado en su contra.

FUENTE: PERIODISMO Y PUNTO

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