«Este es el día de Estados Unidos. Este es el día de la democracia, el día de historia y esperanza, de renovación y decisión», fueron las primeras palabras del discurso inaugural del presidente electo del país, Joe Biden, en una ceremonia marcada por la pandemia y la ausencia de su predecesor Donald Trump.

«La voluntad del pueblo se ha escuchado. Hemos aprendido una vez más que la democracia es valiosa. La democracia es frágil y en este momento ha prevalecido«, enfatizó el nuevo presidente desde las escaleras del Capitolio, el mismo lugar que hace poco tiempo fue atacado por fanáticos seguidores de Trump para evitar la confirmación de su victoria electoral.

El demócrata insistió en la idea de que «Estados Unidos ha sido desafiada» con esos actos de violencia, al resaltar que lo que se celebra este miércoles «no es el triunfo de un candidato, sino de la causa de la democracia». «Una turba pensó que podía usar la violencia para detener el trabajo de la democracia. No ocurrió. Nunca jamás ocurrirá. Ni hoy ni mañana. Jamás», enfatizó.

En esa línea, celebró que se haya podido realizar normalmente la ceremonia, en la que también juró Kamala Harris, la primera vicepresidenta mujer de Estados Unidos. «Hoy nos unimos como una sola Nación para proseguir con la transferencia pacífica del país», remarcó.

La agenda de unidad de Biden

A lo largo de su discurso, Biden enumeró algunos puntos que formarán parte de su agenda, como su compromiso para dar solución a la crisis climática y a la lucha contra la desigualdad, en este último punto bajo la idea rectora del combate al supremacismo blanco y al «racismo sistémico».

«Sé que las fuerzas que nos dividen son profundas, pero nuestra historia ha sido una lucha constante. La dura realidad del racismo, el temor, la demonización, nos han separado durante mucho tiempo», remarcó.

El máximo mandatario hizo hincapié en trabajar en conjunto: «Para superar estos desafíos, para restablecer el alma y garantizar el futuro de Estados Unidos se necesita más que palabras. Se necesita unidad».

«Sin unidad no hay paz, no hay avance, solo amargura y furia. Solo un cansancio que nos agota, un estado de caos. Este es nuestro momento histórico. La unidad es la manera de salir adelante», prosiguió.

El mensaje para Trump

Biden pidió a los estadounidenses «comenzar de nuevo». «Volvamos a escucharnos, mostremos respeto el uno a otro. La política no tiene que destruir todo a su paso, cada discrepancia no tiene que ser una causa para una guerra abierta», puntualizó.

De cara a lo que se viene, el Presidente resaltó que «pocas personas en la historia de Estados Unidos han tenido tantos desafíos o han atravesado un tiempo con más dificultades que el momento actual» y habló de una postura «atrevida» y «optimista» para trabajar en la Nación que pueden construir. 

«Esta es una gran Nación, somos buenas personas. A través de los siglos hemos llegado tan lejos. Pero tenemos que ir más lejos. Vamos a avanzar con urgencia porque tenemos mucho que hacer», manifestó.

En ese sentido, aprovechó para dejarle un mensaje al presidente saliente, Donald Trump: «Tenemos que ser distintos, tenemos que ser mejor que esto. Estados Unidos es mucho mejor».

Los desafíos que impone la pandemia y la nueva política diplomática

El presidente de Estados Unidos también se refirió a la pandemia de coronavirus y recalcó que el actual «es el período más letal del virus», razón por la cual llamó a trabajar «los unos con los otros» para avanzar en el combate de la enfermedad.

En otra parte de su discurso, se refirió a los cambios que implementará en la relación de su país con el resto del mundo. «Vamos a fortalecer nuestras alianzas y nos vamos a poner en contacto con el mundo otra vez. Vamos a liderar no solo por ejemplo de nuestro poder, sino por el poder de nuestro ejemplo», indicó. 

«Tenemos que ser atrevidos, porque hay tanto que hacer. Vamos a enfrentar esta hora difícil, vamos a dar un mejor mundo a nuestros hijos. Sé que lo haremos, y cuando lo hagamos, vamos a escribir el siguiente capítulo en la historia de Estados Unidos«, exclamó hacia el final.

Y concluyó: «Juntos vamos a escribir una historia estadounidense de esperanza. Una historia de dignidad, de amor y de sanación. De la grandeza y del bien. Que esta sea la historia que nos guía, que nos inspire y la historia que le diga a las sociedades que vengan que contestamos el llamado de la historia».