Se reportaron 5.640 casos de abuso sexual infantil en 2020.
El presidente de Indonesia, Joko Widodo, firmó la reglamentación que permite la castración química de los violadores de menores, un castigo adicional a su condena.
Se trata de una medida que continúa con otras ya tomadas en 2016 sobre protección infantil, en un país en el que se reportaron 5.640 casos de abuso sexual infantil en 2020.
De acuerdo a la nueva disposición, la castración química se realizará mediante inyección u otros métodos a los condenados por abuso sexual a menores y a quienes obligan a chicos a tener sexo con otras personas.
La sustancia química atenuará la libido de los agresores sexuales hasta por dos años, en el caso de que el delito involucre a más de una víctima y si produjo lesiones graves, trastorno mental, enfermedades infecciosas, alteración o pérdida de las funciones reproductivas y/o la muerte de la víctima, según Jakarta Globe.
Este castigo se aplicará luego de que el violador cumpla su sentencia, que para este delito puede alcanzar a los nueve años de cárcel.
Como medidas complementarias, se difundirá en forma pública la identidad de los agresores sexuales y se les colocará un brazalete con un dispositivo de rastreo durante un máximo de dos años.
«El abuso sexual infantil requiere medidas extraordinarias como la castración química porque estos delincuentes han arruinado el futuro de Indonesia», dijo Nahar, un funcionario del Ministerio de Empoderamiento de Mujeres y Protección de Niños.
Y añadió: «Los delincuentes no solo serán inyectados químicamente, sino que serán rehabilitados para mantener sus excesivos deseos sexuales y para deshacerse de su comportamiento sexual inapropiado. Recibirán rehabilitación psiquiátrica, social y médica».
