jueves, marzo 28, 2024

Despliegan misión de la Fuerza Aérea a Antártida por siniestro de Twin Otter

La Junta de Accidentes de la Fuerza Aérea se trasladará a la Antártida al lugar donde ocurrió el siniestro del avión Twin Otter matrícula T-87. La aeronave se accidentó el jueves pasado en la zona de la barrera de hielos de Larsen y la tripulación resultó ilesa. Los miembros de la Junta de Investigación Técnica pertenecen a la base El Palomar y se espera una ventana climática favorable para el cruce del avión Hércules que los llevará a la base vicecomodoro Marambio y desde allí se trasladarán en helicóptero al sitio del accidente. Es un acto reglamentario de índole pericial que busca determinar las causas y los eventuales errores de procedimiento que ocasionaron el siniestro para mejorarlos y que no se repitan. El lugar donde ocurrió el incidente (muy distante de Marambio) obliga a montar otra vez la compleja operación helitransportada que se había efectuado para socorrer a los tripulantes del T-87. El vuelo del Twin Otter había partido de Marambio hacia la barrera Larsen para el traslado de un científico, en el despegue del glaciar Larsen se rompió el tren delantero de la aeronave al incrustarse en una grieta del hielo.

El incidente sucedió a 500 kilómetros de la base Marambio. La dotación del Twin Otter no sufrió lesiones y se montó una arriesgada operación de rescate de la que participaron dos helicópteros Bell 212 matrículas H-86 y H-89 basados en Marambio que forman parte del despliegue del Comando Conjunto Antártico para la campaña de verano 2020/21. Esas máquinas hicieron escala en la base teniente Benjamín Matienzo para reabastecer de combustible y desde allí poder alcanzar el paraje del accidente distante 150 millas (300 kilómetros) de Matienzo.

Uno de los helicópteros cumplió la operación de rescate en condiciones de riesgo operativo, con el radioaltímetro y el equipo de comunicación HF fuera de servicio. El radioaltímetro es el instrumento fundamental en la fase del vuelo previa al aterrizaje, permite conocer la altura precisa de la aeronave sobre el terreno. Cuando el piloto aproxima el helicóptero para el anevizaje las referencias visuales en el ambiente antártico pueden tornarse críticas por el viento local que levanta nevisca y la turbulencia propia de los rotores. La radio de HF (sigla inglesa de High Frecuency, alta frecuencia) es el único medio de comunicaciones, no satelital, para establecer enlace directo entre la aeronave y estaciones terrestres ubicadas a distancias superiores al horizonte radio. El accidente ocurrió, como se dijo más arriba, a unas 250 millas (500 kilómetros) de la base Marambio por lo que el equipo HF resultaba vital en el control y situación táctica del helicóptero, su tripulación y la evolución de la maniobra. Hubo cabildeos en la oficina del brigadier Oscar Palumbo, comandante de Adiestramiento y Alistamiento, máximo responsable de los medios aéreos de la fuerza, sobre autorizar o no el vuelo que finalmente se cumplió apostando al factor suerte. La misión bordeo el “riesgo calculado”, esa valoración inherente a la profesión militar que pondera el despliegue de medios, afectación de personal a una operación (probable compromiso de sus vidas), factores ambientales y el éxito de la misión. Claro que el fiel suele correrse asumiendo mayor riesgo cuando se trata de acudir en apoyo y rescate de personal en situación crítica. El rescate de la dotación del Twin Otter T-87 tenía que hacerse rápido antes de que anocheciera. La probabilidad de supervivencia se reducía casi a cero si debían pernoctar en el lugar sin resguardo adecuado para soportar el descenso abrupto de la temperatura en la noche. El episodio sacó a superficie el faltante de los dos helicópteros (H-94 y H-95) MI-17 de largo alcance que el país adquirió a la Federación Rusa en 2010 para las actividades antárticas (traslado de personal, búsqueda y rescate, logística, etc). Llevan casi dos años sin servicio con idas y vueltas en la ejecución de la Inspección de Ciclo Mayor (ICM) una revisión integral (overhaul) postergada desde la gestión del ex jefe aéreo Enrique Amreim por indefiniciones presupuestarias. Para estos aparatos configurados al vuelo antártico, el rescate hubiera sido casi una actividad de rutina.

El Twin siniestrado es el segundo que se pierde en operaciones antárticas en dos años consecutivos. El 14 de agosto de 2019 se desplomó el Twin Otter matrícula T-82 en una maniobra de anevizaje (aterrizar en nieve) en la isla James Ross. El 15 de enero pasado se conoció la resolución de la jefatura de la fuerza, concluida la instancia de investigación y determinación de causales, se atribuye el accidente a una secuencia de errores de procedimiento cometidos por los pilotos sumados a uno climático, el viento, “corriente descendente que pudo afectar la aeronave”, dice el documento. En los considerandos se lee que el piloto tenía tan solo 3 horas y 30 minutos de vuelo en los últimos 30 días en tanto el copiloto 6 horas con 50 minutos en el mismo periodo.

Fuente: Ámbito
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