jueves, marzo 28, 2024

Campo, exportaciones y balanza: con déficit comercial en diciembre, ¿cómo seguimos?

El nivel de actividad de la Industria Manufacturera deberá adecuarse a ese menor flujo, con las consecuencias que ello acarreará en el conjunto de los indicadores sociales: desocupación, pobreza, indigencia, ingresos populares. Escuchá el Podcast 

Oportunamente, en “Una Sana Administración del Comercio Exterior”  manifestamos que en septiembre, octubre y noviembre, el superávit de la Balanza Comercial (BC) se había reducido notablemente. La Balanza Comercial (BC) es el único componente de la Cuenta Corriente (CC) de la Balanza de Pagos (BP) con posibilidades de ser positivo, los restantes son estructuralmente negativos.

Nos referimos a la: Balanza de Servicios (BS) saldos entre ingresos y egresos monetarios generados por seguros, fletes, turismo, aplicaciones informáticas y otros; Balanza de Transferencias Unilaterales (BTU) remesas, donaciones o ayudas monetarias a no residentes y Balanza de Rentas (BR) que recoge todos los ingresos y egresos generados por los factores productivos nacionales en el exterior, o de sus titulares no residentes en nuestro país. 

A su vez, avizorábamos la reversión del signo para el mes de diciembre . Los datos publicados recientemente en el informe Intercambio Comercial Argentino (Vol.5, n ° 1-INDEC) lo refleja, el déficit alcanzó los USD 364 M. Por lo tanto, es evidente que la “restricción externa” emergió con toda su voluptuosidad ni bien algunos sectores productivos recuperaron niveles mínimos de actividad.

“Restricción Externa” es un concepto de la disciplina económica que se refiere a la imposibilidad de lograr un desarrollo consistente por l una dificultad para obtener divisas, o también entendida como el límite al crecimiento del PBI, por la insuficiencia en la generación de dólares .

Se observa que saldo del último cuatrimestre (USD 1.156 M), de no mediar modificaciones de fondo en el contexto económico, torna de imposible cumplimiento lo acordado en la renegociación de la deuda con los acreedores privados por USD 66 mM en agosto del 2020 y abstracta cualquier propuesta de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por los USD 44/46 mM que se le adeuda. Como la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI) está valuada en Derechos Especiales de Giro (DEG), su importe dependiente del tipo de cambio vs la canasta de monedas que lo integran.  

¿Qué aconteció?

Se observa el crecimiento de las importaciones en Rubros Destacados entre el segundo y tercer cuatrimestre del 2020. El diferencial positivo del 25% (USD2.445 M) en las importaciones, se explica por el incremento en el nivel de actividad del sector manufacturero fundamentalmente.
Ahora bien, las incompatibilidades ut supra mencionadas (saldo de la BC vs compromisos derivados de la renegociación de la deuda, – y dado que las exportaciones decrecen -), son imposibles que perduren en el tiempo. 

Si bien se han incrementado los precios de los Productos Primarios Exportables (y sus derivados), su impacto de mantenerse en el tiempo alcanzaría el orden de los USD 4,2 MM anuales, cifra absolutamente irrelevante ante los desafíos a enfrentar. Podría acontecer con el incremento de los precios de los Productos Primarios Exportables (Maíz y Soja) , que cuando irrumpa la cosecha del Cono Sur Americano, los compradores promedien su precio a la baja tomando en consideración los que hoy están pagando. 

Por lo tanto, la posibilidad que resta, consiste en retomar el quantum de importaciones previo a su incremento. Para que así acontezca, el nivel de actividad de la Industria Manufacturera deberá adecuarse a ese menor flujo, con las consecuencias que ello acarreará en el conjunto de los indicadores sociales: desocupación, pobreza, indigencia, ingresos populares, entre otros. En este marco, el contexto: ¡no tiene solución!

Para encontrarla es necesario modificar “de base” el esquema: ¡Se deben recuperar los superávit gemelos! A continuación “detendremos la mirada” sobre uno de ellos.

Objetivo: un robusto superávit de la BC 

El camino de primero recuperar y luego mantener los saldos positivos en el intercambio comercial con el resto del mundo, requiere de un Tipo de Cambio Competitivo (TCC) y de una “sana” Administración del Comercio Exterior (ACE) ya que son “las dos caras de una misma moneda ”.

Ambos instrumentos permitirán que el sector externo, honrados los intereses devengados que se derivan de la renegociación de la deuda, encontrar su equilibrio. Asimismo, la armónica interacción entre ellos, facilita que el TCC no alcance un nivel tal que espiralice el conflicto distributivo y, a su vez la presencia de este último, impide que la ACE se extralimite y violente la libre iniciativa empresarial.

En efecto, la búsqueda del «TCC de equilibrio», se resuelve en aquella interfaz que protege la producción local de la foránea, incentiva la exportación de bienes y servicios y promueve la construcción de «comunidad».

En síntesis: es insoslayable el debate al interior de la sociedad e, inexcusable la acción del gobierno que tienda definir las políticas que generen un sendero hacia el equilibrio del sector externo, antes que la fuerza de los hechos imponga la impetuosa realidad.

* Lic. Guillermo Moreno, Lic. Pablo Challú y Lic. Walter Romero 

FUENTE: BAENEGOCIOS

 

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